El agua es esencial para vivir. Al igual que nosotros, los gatos necesitan beber agua todos los días para estar sanos. Por lo tanto, si ves que tu gato no bebe agua, es hora de pasar a la acción.

No obstante, ¿sabías que si tu gato bebe mucha agua es posible que padezca un problema de salud? Es bastante común que los gatos mayores que tienen alguna enfermedad beban más agua de la habitual. Por eso, si observas que esto sucede, ponte en contacto con tu veterinario. En el siguiente artículo te contamos los posibles motivos por los que tu gato bebe mucha agua y todo lo que puedes hacer para ayudarlo.

¿Cuánta agua debe beber un gato?

Debido a sus orígenes desérticos, los gatos no necesitan beber grandes cantidades de agua al día, pero eso no indica que no la necesiten para estar sanos.

Un gato que pese sobre 4,5 kg debe beber alrededor de una taza de agua al día. Sin embargo, cuanto más grande sea tu gato, más agua necesitará.

El nivel de actividad de tu gato y el clima también afectan a la cantidad de agua diaria que toma tu amigo de cuatro patas. Un gato que pasa mucho tiempo al aire libre en un día caluroso de verano beberá más, mientras que uno más sedentario, que se pasa el día al fresquito del aire acondicionado, beberá menos.

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Descubrir GPS para gatos

¿Tu gato come pienso o comida húmeda? El tipo de alimento también influye en la cantidad diaria de agua que beben. Los gatos que comen pienso suelen beber más agua que los que comen comida húmeda en lata. Además, este tipo de alimentos enlatados ya aportan parte de la cantidad de agua diaria que el gato necesita.

Cómo saber si un gato bebe mucha agua

¿Cómo puedes saber si un gato bebe mucha agua? Puede resultar complicado, en especial si tienes varios gatos que beben del mismo cuenco.

A no ser que aísles a tu gatito y midas con precisión la cantidad de agua que bebe al día, tendrás que fijarte en otras cosas para descubrir si bebe o no mucha agua. Estas son algunas de las pistas:

  • Tu gato se acerca al cuenco de agua más de lo habitual.
  • Necesitas llenar con más frecuencia el cuenco de agua.
  • Notas que empieza a beber de lugares de los que no había bebido antes, como grifos, estanques, charcos o el retrete. (Si tu gato siempre ha tenido estos hábitos, no tienes de qué preocuparte).
  • Acude a su caja de arena u orina con más frecuencia.
gato blanco y beis bebiendo

¿Por qué mi gato bebe mucha agua?

Existen muchas razones por las que un gato bebe mucha agua.

  • Cuando hace mucho calor, los gatitos beben más, en especial si pasan más tiempo al aire libre. De hecho, hay que tener cuidado con los golpes de calor.
  • El aumento de la actividad física también puede hacer que estén más sedientos. Consejo: puedes descubrir el nivel de actividad de tu gato (y los sitios que visita) con un localizador GPS para gatos.
  • Algunos medicamentos, como los diuréticos que se utilizan para tratar enfermedades del corazón, pueden provocar que beban más de lo habitual.

Si ninguno de los casos anteriores es el de tu gato, es posible que tenga un problema más serio. La razón más común por la que los gatos beben cantidades excesivas de agua es porque tienen un problema médico subyacente.

Sigue leyendo para conocer los problemas de salud que pueden provocar que tu gato beba mucha agua.

Problemas médicos que pueden provocar que los gatos beban mucha agua

Algunos problemas médicos pueden provocar que tu gato beba más de lo habitual. Si sospechas que tu amigo peludo padece alguna de las siguientes enfermedades, ponte en contacto con tu veterinario lo antes posible.

Diabetes Mellitus

La Diabetes Mellitus se produce cuando el cuerpo de tu gato no procesa correctamente la glucosa (los azúcares) de los alimentos, por lo que la glucosa no alimenta los sistemas del organismo. Como consecuencia, los niveles de azúcar en sangre son más altos y tu amigo de cuatro patas sentirá la necesidad de beber más agua para diluirlos. Los gatos que padecen esta enfermedad sentirán más letargo y perderán peso.

Los gatos más mayores y los que padecen sobrepeso tienen más probabilidades de padecer diabetes. Para evitar que tu gatito desarrolle esta enfermedad, procura que mantenga un peso saludable.

Si existen indicios de que tu gato puede padecer esta enfermedad, tu veterinario tomará muestras de sangre y orina para medir los niveles de glucosa de su organismo. El tratamiento para la diabetes mellitus en gatos es muy similar al de los seres humanos: será necesario introducir cambios en la dieta o administrar insulina.

La diabetes es una enfermedad duradera que precisa visitas frecuentes al veterinario y una vigilancia frecuente por tu parte. Con los cuidados adecuados, la diabetes en gatos se puede tratar con éxito.

Enfermedad del tracto urinario

También conocida como cistitis, la inflamación de la vejiga es la causa de la enfermedad del tracto urinario. Esta inflamación hace que tu gato no pueda expulsar la orina y puede sufrir dolor.

Entre las causas de la enfermedad del tracto urinario se encuentran las infecciones o el estrés (la más común). Los gatos que padecen esta dolencia pueden orinar fuera del arenero, hacer esfuerzos al hacer pis, presentar sangre en la orina o lamer sus partes íntimas más de lo habitual.

Gato en el arenero.

Lo más probable es que tu veterinario te recete medicación para tratar la infección de tu gato. No obstante, el estrés es un factor que también contribuye, así que reducir los niveles de estrés en casa también podría resultar de ayuda. Coloca un cuenco de comida y un arenero por gato para evitar peleas territoriales. Además, proporcionarle una zona segura, privada y alejada de otras mascotas también puede fomentar su tranquilidad.

Las infecciones se pueden convertir en un problema crónico y pueden requerir un tratamiento continuo.

Enfermedad renal crónica

Un funcionamiento adecuado de los riñones es esencial para la salud de tu gato. Los riñones eliminan toxinas de la sangre, ayudan a regular la presión arterial y producen hormonas que indican al organismo que hay que producir glóbulos rojos nuevos.

A medida que los gatos envejecen, no es raro que padezcan una enfermedad renal crónica, en la que la función renal empieza a disminuir. Este declive puede producirse gradualmente a lo largo de meses o incluso años.

Los gatos con enfermedad renal crónica suelen beber más agua porque sus riñones tienen problemas para funcionar de manera adecuada. Los gatos con enfermedad renal crónica también pueden volverse letárgicos y perder el apetito, ya que las toxinas que suelen eliminar los riñones empiezan a acumularse en su organismo.

La enfermedad renal crónica en los gatos se puede detectar a tiempo con análisis de sangre y de orina. Los veterinarios les harán estas pruebas a los gatos a medida que vayan envejeciendo. El tratamiento puede incluir cambios en la dieta o medicación especial.

Enfermedad hepática

Un exceso de sed también puede ser indicio de una enfermedad hepática. El hígado desempeña un papel importante en la salud de tu gato, pues controla muchos de los procesos químicos necesarios para un funcionamiento corporal normal.

Además de beber más agua de lo normal, los gatos con enfermedades hepáticas suelen presentar ictericia. Con la ictericia, los ojos y las membranas mucosas adquieren un tono amarillento. Y el abdomen también puede hincharse debido a la acumulación de líquido.  

Si se detecta a tiempo, la enfermedad hepática se puede controlar. Los cambios en la dieta pueden reducir la carga de trabajo del riñón y ralentizar el avance de la enfermedad. No obstante, se trata de una enfermedad compleja y tu gato necesitará un tratamiento continuo.

Persona auscultando a un gato en una mesa

Preguntas más frecuentes

¿Mi gato tiene un problema?

Al igual que la mayoría de los animales, los gatos son expertos en esconder su enfermedad. Tendrás que vigilar a tu amigo de cuatro patas de cerca para ver si detectas cambios en sus hábitos diarios, incluso si empieza a beber de manera excesiva. A continuación te explicamos otros síntomas que pueden ser indicio de enfermedad:

  • Cambios en el apetito, como comer más o menos de lo normal
  • Comportamiento más agresivo
  • Distintos hábitos de sueño, como dormir mucho o dormir en sitios poco habituales
  • Diarrea u otros indicios de enfermedad

Si tu gato padece algunos de los síntomas que te hemos contado, o si estás preocupado porque notas que sus hábitos diarios han cambiado, ponte en contacto con tu veterinario. Te ayudará a descubrir si padece alguna enfermedad y, si es así, te recomendará el mejor tratamiento para tu amigo de cuatro patas.

Consejo pro: haz un seguimiento de la ubicación, la actividad, el sueño y el bienestar de tu gato con un localizador para gatos de Tractive GPS.

¿Qué hago si mi gato bebe mucho?

Si notas que tu gato bebe en exceso o que sus hábitos de beber han cambiado de manera notable, ponte en contacto con tu veterinario. Se encargará de someterle a las pruebas pertinentes para ver si tiene algún problema que precise tratamiento. Sigue las indicaciones de tu veterinario en todo momento para que tu amigo de cuatro patas se recupere y vuelva a estar sano.

Tú eres quien mejor conoce a tu gato, así que sabes qué es lo «normal» en él. Si notas cambios repentinos o algo inusual en sus hábitos diarios, ponte en contacto con tu veterinario. Como papá o mamá responsable, tú eres la primera línea de defensa de la salud de tu gato. Si le prestas toda la atención necesaria, te asegurarás de que tu gatito viva una vida larga y saludable.