Tomar el sol en un lugar soleado es un comportamiento típico de los felinos, tanto de interior como de exterior. No obstante, si tu gato pasa mucho calor y no tiene cómo refrescarse, puede sufrir agotamiento e incluso le puede dar un golpe de calor mortal. Como queremos ayudarte a evitar esto, te contamos en este artículo cómo proteger a tu gatito.

¿En qué consiste un golpe de calor en gatos?

Se suele hablar de los golpes de calor en perros, pero no en gatos. Sin embargo, eso no implica que no les pueda pasar.

Si a tu gato le sube demasiado la temperatura corporal, le puede dar un golpe de calor. Lo más habitual es que suceda si hace mucho calor o si tu amigo de cuatro patas no tiene manera de escapar.

Los golpes de calor son muy peligrosos para cualquier animal (y para los humanos). Si no se actúa rápido (y sin cuidado veterinario), tu gato puede sufrir un colapso o incluso fallecer.

¿Cuál es la diferencia entre el agotamiento por calor y el golpe de calor en los gatos?

Los golpes de calor siempre empiezan por agotamiento por calor. Si no se aplican remedios para paliar el agotamiento por calor, este puede evolucionar en un golpe de calor mortal.

El agotamiento por calor y el golpe de calor difieren en la temperatura corporal interna del gato.

La temperatura corporal interna de un gato oscila entre los 38 y los 40 °C. En caso de que empiece a mostrar signos de agotamiento por culpa del calor, y estos no se traten, la temperatura corporal interna aumentará por encima de los 40 °C. Si tiene una temperatura de 40 °C, el gato experimentará agotamiento por calor y tratará de refrescarse. No obstante, si le sigue subiendo la temperatura (y no encuentra manera de refrescarse), terminará dándole un golpe de calor.

Los golpes de calor son serios. Ponte en contacto con tu veterinario si sospechas que a tu gato le puede estar dando uno.

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¿Cómo sudan los gatos y cómo gestionan su temperatura corporal?

Los gatos son expertos en autocuidado. Si no quieren jugar, correr o salir en un día caluroso, se quedarán dentro y disfrutarán del aire acondicionado (y probablemente de una siesta sobre el suelo fresquito).

Que se comporten así es importante porque los gatos no pueden regular su temperatura corporal del mismo modo que los seres humanos o los perros. Nosotros nos refrescamos con el sudor (cuando este se evapora, nos sentimos más frescos) y los perros, en cambio, jadean.

Si los felinos se sienten acalorados y no pueden trasladarse a un lugar fresco, como un suelo de cemento, un lavabo o una bañera, no tienen muchas opciones para refrescarse a gusto. Pueden lamerse el pelaje para que cuando la saliva se evapore se produzca un ligero efecto refrescante. También sudan a través de las almohadillas de las patas, pero son muy pequeñas, por lo que no es suficiente. Si ves que tu gato jadea, igual lo hace para refrescarse, pero lo más probable es que esté angustiado. El jadeo es uno de los primeros signos de agotamiento por calor.

Le terminará subiendo la temperatura si no consigue refrescarse. El agotamiento por calor puede evolucionar a un golpe por calor de manera muy rápida. Si la temperatura del gato llega al nivel del golpe de calor, se puede producir un fallo multiorgánico (le puede fallar el sistema circulatorio, el neurológico y el urinario).

Razones por las que un gato puede sufrir agotamiento por calor

Los gatos, como cualquier amante de los felinos sabe, se preocupan por su comodidad personal. En cuanto empiezan a sentir calor, se trasladan a una zona más fresca, como un suelo de baldosas, por ejemplo. No obstante, ciertos factores como la edad, el peso y la condición física pueden hacerle más susceptible al calor.

Vigilia bien a tu gato cuando haga calor si cumple alguna de las características que mencionamos a continuación:

  • Sobrepeso: los gatos con sobrepeso tienen más posibilidades de que les dé un golpe de calor, en especial en zonas con un clima caluroso.
  • Características de la raza: algunas razas de gatos, como los persas, tienen la naricilla más corta, por lo que sus vías respiratorias también son más cortas. Esto significa que, cuando se inhala aire caliente, este recorre una distancia más corta dentro del cuerpo y, por tanto, tiene menos oportunidad de enfriarse antes de llegar a los pulmones.
  • Características del pelaje: las razas con un pelaje largo y denso, como el persa, el Maine Coon, el ragdoll y el himalaya son más propensas a sufrir un golpe de calor.
  • Problemas de salud: los gatos con problemas para respirar, con enfermedades de corazón y aquellos que están en tratamiento médico tienen más posibilidades de padecer agotamiento por calor y de que les dé un golpe de calor.
  • Joven o de edad avanzada: los gatitos y los gatos mayores tienen más dificultad que los gatos sanos para regular su temperatura corporal.
  • Exceso de ansiedad: si el gato tiene mucha ansiedad, tiene más posibilidades de padecer un golpe de calor.

Si tu gato es de alto riesgo y es propenso al agotamiento por calor, por cualquier motivo, lo mejor es que se quede en espacios interiores con aire acondicionado.

Signos de agotamiento por calor o de golpe de calor en gatos

Si la temperatura corporal de tu gato aumenta, y no es capaz de refrescarse, empezará a padecer los primeros síntomas de agotamiento por calor. Si no se tratan, le puede seguir subiendo la temperatura y le puede terminar dando un golpe de calor. Los golpes de calor pueden poner en peligro la vida de tu amigo felino, así que ponte en contacto con tu veterinario de inmediato.

Síntomas de agotamiento por calor

Si tu gato muestra alguno de los siguientes síntomas, haz todo lo posible para que se refresque. De lo contrario, le puede dar un golpe de calor.

  • Jadeo o babeo
  • Sudoración de las almohadillas de las patas
  • Lamerse el pelaje en exceso para refrescarse
  • Inquietud o ansiedad
  • Temperatura corporal interna de 39-40 ℃

Síntomas de un golpe de calor

Si tu gato muestra signos de insolación, puede que sus órganos estén fallando. Llévalo al veterinario de inmediato.

  • Temperatura corporal de más de 40 ℃
  • Respiración acelerada
  • Pulso acelerado
  • Lengua o boca rojas
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Torpeza o tambaleo
  • Letargo o debilidad
  • Babeo con saliva espesa debido a la deshidratación
  • Temblores
  • Convulsiones
  • Colapso
  • Coma
veterinario auscultando a un gato tumbado

Causas de los golpes de calor en gatos

Independientemente del estado de salud, algunas actividades o situaciones pueden provocar que los gatos padezcan agotamiento por calor o una insolación.

Lugares calurosos

Los golpes de calor en gatos suelen producirse cuando el felino se queda atrapado en una zona calurosa, como un garaje, un invernadero, un cobertizo, un coche, el exterior o una secadora. Si no encuentra un lugar en el que refrescarse, puede sufrir agotamiento por calor o un golpe de calor. 

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Falta de agua

Si tu gato bebe agua fría, se mantendrá fresquito. Si se encuentra en un entorno caluroso y no tiene agua potable, puede terminar padeciendo agotamiento por calor.

Golpe de calor al estar al aire libre

Si tienes un gato de exterior, cuidado con la temperatura en verano. Asegúrate de que tu gato tenga agua y un punto fresquito, a la sombra y bien ventilado en el que resguardarse. Y si hace mucho calor, mételo en casa, al fresco del aire acondicionado. Por norma general, si tú tienes calor, tu gato también.

Cómo proteger a tu gato de exterior

Incluso una terraza, un cenador o un porche con mosquitera pueden resultarle demasiado calurosos si no tiene acceso a una zona con sombra o a agua potable. Vigila a tu gato en todo momento si le gusta irse de aventura por ahí los días calurosos.

Dejar a los gatos en los coches y en otros vehículos

Todos sabemos que dejar a un animal en el interior del coche (aunque sea con las ventanillas bajadas) es crónica de una desgracia anunciada. En un día caluroso, las temperaturas pueden subir hasta los 60 ℃ en cuestión de minutos, así que no te la juegues.

Golpe de calor en viajes

A diferencia de la mayoría de los perros, a muchos gatos no les gusta viajar en coche, por lo que tu amigo de cuatro patas ya estará en alerta máxima desde el momento en que lo metas en un transportín de viaje y lo subas a un vehículo. Asegúrate de que no le dé el sol directo durante periodos prolongados. Cierra el techo solar, coloca el transportín en el suelo del asiento trasero y asegúrate de que las rejillas del aire acondicionado también estén abiertas en la parte trasera del coche.

Exceso de ejercicio

Cuando hacéis ejercicio, tanto tú como tu gato entráis en calor. Si a tu felino le gusta salir a pasear contigo o jugar al aire libre, hazlo cuando haga más fresco (a primera hora de la mañana o al atardecer). Si hace más de 23 ℃, evita la actividad intensa al aire libre.

Cuando saques a pasear a tu gato, protégele las patas. En un día caluroso, la temperatura del pavimento puede superar los 60 ℃ y tu amigo de cuatro patas lo notará de primera mano. Lo dicho, salir a pasear cuando haga más fresco será lo mejor.

gato tumbado en un patio de madera

Golpes de calor previos

Si tu gato ha sufrido un golpe de calor en el pasado, puede ser más propenso al estrés relacionado con el calor. Haz todo lo que puedas para proteger a tu minino de las situaciones que puedan provocar un golpe de calor.

¿Cómo tomarle la temperatura a un gato?

Con un termómetro rectal pediátrico se podrá tomar la temperatura de un gato de manera eficaz para determinar si la temperatura corporal interna indica signos tempranos de estrés por calor o si ha aumentado hasta niveles peligrosos.

¿Cuál es la temperatura corporal normal de un gato?

La temperatura corporal interna normal de un gato oscila entre los 38 y los 38,5 °C. Cualquier temperatura dentro de este intervalo se considera una temperatura normal. Las temperaturas corporales por encima de los 39 °C pueden ser indicio de que algo va mal, así que lo más recomendable es que lo lleves a un veterinario. Puede padecer estrés por calor u otras afecciones como fiebre o infección. Cabe destacar que las temperaturas superiores a 40 °C son potencialmente mortales.

Cómo tomarle la temperatura a un gato con un termómetro

La forma más precisa de tomar la temperatura de un gato es introduciéndole un termómetro rectal pediátrico por el recto. Si nunca lo has hecho, puede resultar difícil, así que no está de más contar con la ayuda de otra persona.
Necesitarás:

  • Una manta o una toalla para envolver al gato y evitar que se retuerza.
  • Guantes o una camisa de manga larga para cubrirte los brazos y las manos y evitar arañazos.
  • Un termómetro rectal pediátrico. Con un termómetro digital, obtendrás resultados más rápidos. No lo guardes en el mismo lugar que el tuyo. Por último, evita utilizar un termómetro de mercurio antiguo, pues podría romperse si tu amigo peludo forcejea durante el procedimiento.
  • Vaselina u otros lubricantes.

Cómo tomarle la temperatura a tu gato

  • Pon lubricante en el termómetro rectal.
  • Envuelve a tu gato en una toalla o una manta para sostenerlo.
  • Introduce el termómetro en el recto del gato, entre unos 5 y 10 cm. Déjalo unos minutos o hasta que pite.
  • Quita el termómetro y lee la temperatura.
  • Limpia bien el termómetro.

También puedes introducirle el termómetro en la oreja, pero los resultados de temperatura no suelen ser tan precisos.
Si la temperatura de tu gato es superior a los 38 °C, intenta que se refresque y ponte en contacto con tu veterinario si sigue subiendo.

Cómo tomarle la temperatura a tu gato sin termómetro

Tomarle la temperatura a tu gato con un termómetro es la manera más adecuada. No obstante, si no tienes uno a tu disposición, puedes hacerlo de otras maneras.

  • Échale un vistazo a la nariz de tu gato. ¿Está húmeda o seca? Si está seca, puede que tenga demasiado calor o que esté deshidratado.
  • Tócale las orejas. Las orejas de los gatos suelen estar calientes, pero cuando tienen calor, lo estarán mucho más.

Si tu gato jadea, está letárgico o muestra cualquier otro signo de agotamiento por calor o insolación, busca atención veterinaria de inmediato e intenta refrescarlo.

Cómo refrescar a un gato

Si tienes sospechas de que tu gato padece agotamiento por calor o una insolación, ayúdalo a refrescarse de inmediato

Saca a tu gato de la zona calurosa y llévatelo a algún sitio con aire acondicionado o con sombra. Ofrécele agua fresca, pero no le obligues a beber. Colocarlo sobre toallas húmedas también puede ser de ayuda. No obstante, no lo envuelvas en ellas, pues puede concentrar todo el calor. Si es posible, colócale bolsas de hielo entre las patas. Llévalo al veterinario lo antes posible.

Si el veterinario diagnostica que tu gato padece agotamiento por calor o que le ha dado un golpe de calor, pueden inyectarle líquidos intravenosos para refrescarlo a nivel interno. Vigilarán su temperatura y, si se sospecha que ha sufrido daños orgánicos, puede ser hospitalizado.

Gato al aire libre en la hierba debajo de una tumbona

Cómo evitar los golpes de calor en gatos

Dado que la causa más común de los golpes de calor en gatos es quedarse atrapados en entornos calurosos, lo más importante es no dejarlo en un sitio caluroso sin salida o sin sombra. A continuación, te contamos qué puedes hacer para evitar que a tu felino le dé un golpe de calor:

  • Los días que haga mucho calor, mantén a tu gato dentro de casa, preferiblemente en un espacio con aire acondicionado.
  • Pon agua fresca a su disposición en todo momento.
  • Nunca dejes a tu gato, ni a ninguna otra mascota, en el interior de un coche aparcado.
  • Antes de poner en funcionamiento la secadora, comprueba que tu felino no esté dentro.
  • Si tu gato está en dentro de una jaula o un transportín, aléjalo de la luz solar directa.
  • Revisa solarios, cobertizos, garajes u otros espacios reducidos en los que tu gato se haya podido quedar atrapado.

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Temperatura interior ideal para gatos

Si tú estás a gusto con la temperatura de tu casa, lo más seguro es que tu gato también lo esté. En función de la estación del año, puedes empezar ajustando el termostato entre 15 y 25 grados centígrados.

Hidrata a tu gato para combatir el calor

Mantenerse hidratado es importante para la salud. Los gatos no beben grandes cantidades de agua, pero si le pones a tu felino un cuenco de agua fresca todas las mañanas, beberá sorbos rápidos a lo largo del día. Los expertos recomiendan 29,574 ml por cada kilo de peso corporal al día. Por lo tanto, un gato de unos 3-4 kilos, necesitará beber unos 295,74 ml al día (poco más que un vaso medidor).

Si tu gato pasa el tiempo en diversos lugares (en casa, en un porche con mosquitera, en el garaje o en un granero), asegúrate de colocar cuencos de agua fresca en cada uno de ellos todos los días.

¿Tu gato no bebe agua? Descubre qué puedes hacer

Recuperación del golpe de calor en gatos

Si tu gato ha sufrido un golpe de calor, lo más probable es que el veterinario le haga un seguimiento para detectar si hay daños en los órganos (pueden no manifestarse de inmediato). Vigila si hay signos como sangre en la orina, que podría indicar daño renal. 

No obstante, fieles a su reputación de tener siete vidas, los gatos pueden recuperarse por completo de un golpe de calor con los cuidados adecuados.